Siempre que nuestros pasos se dirigen hacia el valle del
Lozoya, en nuestro camino, se cruza la
Sierra de La Cabrera. Una pequeña sierra,
de escasa altura, situada junto al pueblo del mismo nombre, al pie de la
nacional Madrid-Burgos, que hasta la fecha, aún no hemos recorrido. Pero viendo desde el coche, los paredones del pico La Miel, en su
vertiente sur, normalmente comentamos que para nosotros, estos, son palabras mayores y no dejan de ser territorio
para los escaladores.
Una salida organizada por los
amigos del Cuadron, nos permite por primera vez, recorrer parte de sus caminos
hasta el Cancho Gordo, que con sus 1564m, es su máxima altura. En las proximidades
del convento de San Antonio, a una hora más que prudente y con ganas de pasarlo
bien, quedamos un amplio grupo, que
salvo excepciones, sera la primera vez que caminemos juntos. Dada la orografía
del terreno, nada más comenzar y siguiendo
una estrecha senda escondida entre jaras, el camino se pone bravo, ganando altura con rapidez, con el consiguiente
estiramiento del grupo. Un camino sin mayores dificultades, salvo algún que
otro paso, que nos obliga a usar las
manos, pero al mismo tiempo resulta
interesante en todos los sentidos; es una
zona cargada de historia, en la que podemos ver algún que otro asentamiento prehistórico,
donde se han encontrado restos arqueológicos.
En la explanada del Cancho, queda
parte del grupo, reponiendo fuerzas, mientras los más inquietos, no nos conformamos
con llegar hasta aquí y decidimos subir
hasta su punto geodésico, las vistas que
desde él se ofrecen bien merecen ese pequeño esfuerzo extra. Desde aquí, a
vista de pájaro, La Pedriza, La Cuerda Larga, Peñalara, Los
montes Carpetanos, El pico de las Tres Provincias y un largo etc., al que no
sabemos poner nombre, sin olvidarnos de toda la cuerda con sus respectivos
canchos de la sierra de La Cabrera.
Pese a estar en primavera, el tiempo no acompaña, y
hay que bajar rápido, la tormenta está cerca y el granito mojado hará complicado el
descenso, así que sin más dilación nos ponemos a ello. En esta ocasión o serán las
circunstancias, el grupo anda más unido y la bajada se hace con rapidez por el
collado del Alfrecho, si bien hay que tener cuidado pues la piedra está muy
erosionada y el resbalón está a la orden del día. Nuestra senda termina junto a
la pista que nos llevara de vuelta al convento de San Antonio, por el
conocido camino del Viacrucis, si bien
es cierto, antes de llegar a él, giramos la vista hacia el pico de La Miel, donde hemos quedado
emplazados para una próxima visita.
Cerro de La Cabeza y cerro de San Pedro.
Cuerda Larga, Bustarviejo y Peñalara.
Curiosas formaciones.
La Pedriza y Cuerda Larga.
Mondalindo y Peña Negra.
Toda la cuerda, hasta el pico de La Miel.
Cancho del Aguila y collado del Alfrecho.
Pico de La Miel .
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