Quien viaja deprisa, pierde la esencia del viaje.

5.9.11

Caminando por el Guadalentin.

Empieza a despuntar el sol, cuando ya estoy en camino. Esto, me permite poder disfrutar de algún pequeño rebaño de ciervos y gamos, al mismo tiempo que me ahorra algunas  horas de sofocante calor.
El camino como tal, empieza en el lugar conocido como La Trinchera, -pasada la Nava de San Pedro-,  al que volveré unas horas después. Me dejo caer por un antiguo carril cerrado al paso de  vehículos por una cadena buscando el Vado Carretas o Vado de  las Carretas, -para otros-. Poco antes de dicho lugar un cruce me hace dudar, pero…un cartel anunciando -finca particular, perros sueltos- disipa todas mis dudas.
El Vado Carretas es un lugar idílico, que por sí solo ya vale una visita, intento imaginar cómo será en primavera y especialmente en otoño. Este punto podríamos decir que es un cruce de caminos, siguiendo el que traigo y vadeando el rio, continuaría por la Cañada del Mesto, pero yo giro hacia la izquierda siguiendo la orilla del rio Guadalentín.


 Amanece en la sierra.



 Vado Carretas.



 Rio Guadalentin.


El camino cambia un par de veces de orilla pero en este tiempo, el caudal permite cruzarlo sin problemas y sin necesidad  de mojarme los pies. Camino en todo momento por un frondoso bosque que me invita a mirar en todas direcciones disfrutando de idílicos rincones, la margen derecha esta franqueada por los farallones del Tranco del Lobo, y la sierra de la Cabrilla, llama mi  atención un enorme arco labrado en la roca que podría ser uno de los más grandes de estas sierras. A mitad de camino encuentro  las ruinas del cortijo del barranco del Guadalentín, a pesar de encontrarse en ruinas, estas hablan de la grandiosidad de la casa y de la belleza del lugar, una magnifica escalera de piedra y los restos de una fuente me dan la bienvenida.
A partir de este punto el camino se despeja un poco y permite  ver las paredes de la sierra de la Cabrilla; un giro brusco y ascendente me aleja del rio y me deja ver, la fuerte subida y un  sol de justicia que llevan  tiempo esperándome. Esta subida desemboca en la pista de las navas que sube hasta Rambla Seca y los campos. Giro a la izquierda y pronto doy con la antigua casa forestal Fuente de Acero, donde hago un alto en el camino y repongo fuerzas. En este lugar me acuerdo de las palabras que en su día me dijo un amigo, Pepe Úbeda -el día que hagas esta ruta, hazla al contrario que todo el mundo, busca la pista en sentido de bajada, lo agradecerás-.
Solo resta seguir la pista en sentido descendente, no sin antes contemplar el estrecho de Perales, por donde discurre el arroyo Valdetrillos. Una ruta  imprescindible para quien visite estas sierras, y seguramente de mayor belleza en otoño.



 Sierra de La Cabrilla.

Cortijo del barranco del Guadalentin.





 C.F. Fuente de Acero.



Estrecho de Perales.

Al fondo Cañada del Mesto.

1 comentario:

  1. Impresionante blog, me lo acabo de comer enterito. Veo que las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas y Guadarrama las dominas al dedillo.

    Me paro en esta entrada porque me acuerdo de hacer esta ruta hará unos 20 años. Recuerdo que seguimos Guadalentín abajo por la Senda de los Pescadores. Un lugar espectacular al que espero volver este año.

    Precisas fotos.

    Un saludo

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