Quien viaja deprisa, pierde la esencia del viaje.

10.4.12

El Aguilón del Loco.



Según cuenta una historia, un loco de Quesada, viendo asomar la luna por lo alto del Cerro de Villalta, decidió subir hasta allí a esperarla, y así de este modo poder cogerla.
Días después, se encontraron al pobre hombre que había muerto allí helado de frio. Y desde entonces, a este cerro también se le conoce como El Aguilón del Loco.

 Puerto Lorente

Se podría dar por buena, la frase “El hombre propone y la montaña dispone”.
El Aguilón del Loco, es uno de los picos de la sierra de Cazorla, que siempre ha llamado mi atención. Y como  viene siendo habitual, -mis conocidos-, siempre, me han dicho que sería una temeridad subir solo. Pero tal vez rememorando al loco de la historia  de este pico,  subir solo,  es mi idea romántica de acercarme a él.
Pero, no siempre salen las cosas como uno tiene previsto. Nada más comenzar mis vacaciones de semana santa, recibo una llamada invitándome a subir a dicho pico, -el tiempo no acompaña, pinta lluvia todos los días-. Y uno, es como es, con lo que la decisión está tomada de antemano, voy.
Con el peor de los escenarios posibles, salimos tempranito, -cosa extraña en estos- y marchamos hacia  puerto Lorente, lugar en el que empezaremos a caminar. Sera por la primavera, o por las lluvias que caen en estos días, el caso, es que disfrutamos del trayecto hasta el puerto, infinidad de gamos, monteses, y ardillas, nos salen al paso –nunca antes había visto tantos animales en esta zona- .
La niebla da un aspecto fantasmal al camino y la lluvia amenaza con  asomar en cualquier momento, por lo que pronto, el ritmo se hace fuerte, la juventud aprieta y los no tan jóvenes les seguimos entre resoplidos y alguna que otra maldición, la dureza del camino nos va colocando a cada uno en nuestro sitio, y todo, vuelve a la normalidad. Pese a la niebla, el paisaje nos abre los sentidos, los colores y los olores se acrecientan  y como ya viene siendo habitual en  este grupo, el camino se hace ameno, pues algunos de sus integrantes son enciclopedias serranas y van dando buena cuenta de sus conocimientos, cosa que yo agradezco. A buen ritmo nos plantamos en la navilla de Juan Fría y pronto empezara lo más duro del camino, intentamos ir lo más agrupados posible, pues la niebla nos envuelve y las referencias se pierden con gran facilidad y solamente uno de nosotros conoce  el camino a seguir.


Tornajo en la fuente del Tejo.





Caminando en la niebla.

Navilla de Juan Fria.



En fila de a uno.



Cresteando.

En la cima.

La niebla lo envuelve todo, las vistas que desde aquí se disfrutan y que tantas veces he visto en fotografías, se me resisten y yo me resisto a irme sin verlas, dentro de mi hay contradicciones, por un lado la satisfacción de estar en este lugar y al mismo tiempo la frustración  por no disfrutar de él en toda su extensión. No cabe duda que el día de hoy me ofrece otra visión que también tiene su encanto y no siempre se valora, pero  por otro lado, queda el consuelo de que la montaña seguirá estando aquí y que habrá más oportunidades de volver a ella. En un intento de disfrutar un poco más de este pico les digo a mis compañeros que alarguemos la parada en su cima, para  ver si despeja un poco y el sol nos regala algún rallo que disipe  la niebla por unos minutos. Pero la lógica se impone y el descenso es lo que apremia, la niebla se rebela y se hace más intensa aun, así que,  sin más nos despedimos de la cima, pero con un pequeño regalo en nuestras retinas, aparecen ante nuestros ojos un numeroso grupo de muflones y gamos, que hacen de este lugar, su refugio  perfecto.
El descenso se hace con precaución, pues la temida lluvia hace acto de presencia y el suelo esta resbaladizo, con lo que el peligro de caída aumenta,  nuestros pies pesan con el barro pegado a nuestras suelas, pero con todo, el ánimo no decae, más bien al contrario nos proporciona una animada charla que hace que olvidemos las condiciones atmosféricas y que simplemente desfrutemos del camino, que es, a lo que vinimos  y al mismo tiempo nos empuja para  quedar en los próximos días para una nueva salida.

El descenso.



Gamos en la niebla.

Collado de Trabino.

La canal.




7 comentarios:

  1. Que bonita excursión paco, con la niebla le da su puntillo, es una de las que tengo que hacer.
    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pepe.
      Es cierto que la niebla le dio un atractivo distinto a esta salida, pero nos privo de disfrutar de las vistas desde su cima. Habrá que volver a ella, pero posiblemente lo haga desde otro lugar para por verla desde otra perspectiva.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Una ruta preciosa, y con esa niebla tiene un encanto especial.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola.
      Un placer verte por mi pequeño rincón, gracias por tu comentario. Como dices la ruta es preciosa y la niebla le dio un toque especial. Espero poder repetirla y disfruta de ella tal y como se merece.
      Un saludo.

      Eliminar
  3. Tiene que ser precioso Cazorla. Hice la mili con un aborigen de esa zona . Buena gente donde la haya!!
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Lo es Sito, nada que ver con picos, pero tiene su encanto. Anímate y haz una escapada, no saldrás defraudado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Algún día. Me encantaría!!

    ResponderEliminar